Sunday, July 15, 2007

Madre Coraje


Esto no tiene que ver con brecht....no tiene que ver con la obra....tiene que ver eso si con una mujer corajuda. Una mujer capaz de superar algunos de sus miedos, algunos porque quien mas que Jesus , Siddarta y otros maestros lograron superar todos sus miedos y considerando que los tuvieron.

Admito que esta mujer se siente bien sola de haber sido, hasta el momento, la única en enfrentar el miedo a la recriminación social de su facultad. Porque digamos que no ha superado más que ese medio, pequeño y frío. Así y todo ha dado un paso, aunque pequeño como ella misma, lo ha dado. Después de años sin haber emitido jamás una palabra de sus gustos reales acerca del otro (en este caso de la otra) con la que ella quisiera compartir su vida, ya sea por siempre o por algunos días, meses o años.

No le fue tan difícil llegar a la decidión de descubrirse, sacarse el uniforme femenino que le correspondía, y quedarse con sus vestidos propios. Mujer o niña, eso no tiene porque identificarla. Nada nos podría decir lo que realemente somos, pero sin duda cuando llega la hora del amor, muchas cosas quedan claras, a pesar que un monton de otras se obscurecen...porque así parece ser el amor. Un claro oscuro constante.

La personalidad, el yo, el ego, la identificación de una persona como distinta a otra, es equivalente a la distinción que se hace de un producto u otro en un supermercado.

Ella perfectamente podría autodenominarse lesbiana, y de hecho muchos la identifican así. Muchos hablan de ella como la lesbiana para saber de quien están hablando. Más todavía si es que ella es la única que no le teme a que la categoricen de esa manera.
Para qué luchar contra eso, si es así como nos organizamos en estos días y desde los días en que latinoamericanos decidimos ser occidentales.

Si podemos lograr tranquilizar nuestras mentes desesperadas por etiquetarlo todo, podríamos dejar que nuestra amiga, la que hasta ahora ha dado un pequeño paso, no se sienta tan sola.

Mucha gente puede juzgar al resto gracias a la etiquetas, es por eso que a la hora de comprar un producto en el gran supermencado de las superoportunidades puedo compararlo con otro similar y juzgar cual de los dos es mejor. Puedo así hacerle buena propaganda a uno y pésima a otro. Muchos se inclinarán por ese uno bien propagandeado y el otro será rápidamente destruido en las profundidades de la economía marina.

Calmemos nuestra sed voraz de etiquetar todo lo que vemos frente a nosotros. "Estoy un poco cansada de ser la única en mi facultad con ganas de encontrar a una mujer con quien vivir parte de mi vida."-Nuestra amiga "mujer corajuda" no se pudo aguantar las ganas y resulta que empezamos a leer el relato en primera persona, y como a mi no me molesta en absoluto que "mujer corajuda" hable como si fuera yo, la dejo...-
"Creo que la mujer ciertamente es mucho más cuidadosa que el hombre en cuanto a las materias amorosas, y ya he sufrido las concecuencias de compartir mi vida con mujeres que le temen a las máquinas que colocan códigos de barra a todo lo que encuentran."

Es cierto, y comparto con la joven corajuda que hay algo más en el ser humano, que aquello que tiene un número o un precio. Si no me creen, tengo derecho de decir que podría no creersele a la ciencia cuando se dice que nuestros genes son verdaderos códigos de barra. La verdad -que yo y corajuda creemos- es que los genes, más que números, son letras...verdaderas letras que narran una vida, un acontecimiento. Si bien las letras pueden ser elementos codificadores, son mucho más ingénuas y de menos poder corrosivo que los números. Las letras tienen un fin mucho más noble, que es el de comunicar a una persona con otra. En nombrar hay un dejo de connotacion, en numerar las cosas siempre seran cuantitativas y no cualitativas. Si vamos más allá, los genes no tendrían por qué ser letras tampoco, sino que simplemente digamos que son genes...más que elementos que nos separan del otro, son elementos que nos unen a todos los demas seres vivos que nos rodean.

Quizá la única manera de combatir mi soledad y la de muchos, es admitir que lo que somos nos debería unir aún más al otro más que separarnos abismantemente de todo lo que nos rodea.

Por eso mismo hace mucho tiempo que he decidido no encerrarme en un mundo homosexual que pueda negarme el convivir con heterosexuales. Por eso, desde hace mucho tiempo, no quiero considerar al mundo que me rodea como un mundo homosexual o heterosexual. Sino que un mundo que me rodea y no me es ajeno. Quizás es por esto que el número de personas que se refiere a mi como la lesbiana a sido menos de lo que esperaba. Y no es que no me guste, al contrario, a veces me gusta justamente para ver si hay alguna niña escondida que no lo sabía.
Pero no es la idea, ojalá (Dios quiera) estas chicas escondidas, que sé que las hay y en gran cantidad, salieran de su prisión diaria. Ojalá estas sencillas palabras les sirvan de alguna manera para dejar de lado esos terribles miedos que sólo las hundirán aún más.
No quiero que vuelva a ocurrir que una niña le diga a otra que no puede estar con ella ya que le teme al qué dirán. Si bien es un "miedo" opcional, y que muchas pueden tener para decirle no a una relación lésbica, ojalá ese miedo dejase de existir para siempre.

Es justamente "el miedo" uno de los elementos más claros del ego, es un arma contra lo desconocido, es un arma contra la unión de los seres humanos. Es el arma imperante en estos días. Días en los que nos consideramos tan globalizados y en verdad vivimos en burbujas de intolerancia.
(Si mal no recuerdo, el niño burbuja de aquella memorable película, quería desesperadamente salir de su burbujita para comunicarse con el mundo exterior.)