Saturday, July 28, 2007

Re: El reencuentro


No suelo hablar mucho de mi, prefiero generalizar, pero a veces lo particular genera más identificación que lo general. Por esto, voy a hablar del difícil proceso de volver a tener una relación amorosa, después de haber pasado por una experiencia de esas profundas en la piel (a modo de tatuaje).
Pensar mucho en el pasado, en este caso, es muy poco sano. Por lo mismo la oportunidad de volver a empezar después de un largo tiempo de "meditación" acerca de tu vida, de los que te rodean, de los problemas actuales que enfrenta el mundo, ya comienzan a dar ganas de salir del nicho y lanzarse a volar por los alrededores a ver si mi vista no me engaña y puedo encontrar alguna pajarita de confianza y no un gatito voraz.
Siempre he sido muy cuidadosa con mis relaciones. Demasiado, lo admito. Miedosa, lamentablemente. Pero como ahora, nunca.
Hay un deseo enorme en mí, por conocer a alguien y salir, pasarlo bien, algo sencillo, bonito y sin complicaciones. Pero mi miedo a caer de nuevo en esas garras gatunas, me impide abrir por completo mis alas...
Es que soy de aquellas que fácilmente cae. No es que sea fácil. Realmente soy bien regodiona, pero cuando siento "la conexión", no hay duda de que CUIDADO: esta ánima anónima esta enamorandose.
Se que para muchas es muy fácil volver a estar con otra persona, volver a usar todo su "manual del amor" en otra persona. Pero, no, no es mi caso. Llevo más de 6 meses en abstinencia pura, con mi manual bajo candado y mis ojos bloqueados al estilo hipódromo.
Pero me estan empezando esas ganitas... esos tics nerviosos que me empujan a salir... Quizás lo que temo vaya más por el hecho de que me tomo siempre las cosas demasiado enserio. Es cierto, el amor verdadero es una idea demasiado hermosa como para dejarla.
Pero después de la complejidad misma con mi: EX. Creo que ya es tiempo de algo sencillo, bonito y sin complicaciones.
En lo sencillo hay belleza, en lo sencillo están los detalles, y la vida son las grandes preguntas, pero obviamente también son esos pequeños detalles.

Para todas las que me acompañen en este momento de reencuentro con el "manual del amor" creo que vale la pena agregarle algunas páginas de ese amor sencillo que tanto podría alegrarnos estos tiempos de soledad.

Tuesday, July 24, 2007

Esa Odiosa Incomodidad



Todo lo que no sea fácil de oír, leer o ver, queda totalmente fuera de los requisitos para ser parte de una sociedad cómoda.
La razón por la cual el cine es tan popular (dentro de casi todas las culturas) es justamente porque permite la incomodidad dentro de la comodidad de una sala, en la que se puede comer e incluso dormir si es que no se esta cómodo con la película. Es interesante, incluso, hacer otro tipo de actividades incluso más osadas si es que no hay mucha gente de público y la sala es más bien pequeña y laberíntica.

Muy pocas veces he ido a ver películas que incomoden al espectador en lugares cómodos, pero las veces que me ha tocado ha sido realmente emocionante. Ver a la gente irse directamente por la salida de escape (no salen, literalmente escapan), escuchar sonidos desaprobadores venidos de alguien con miedo a ser parte de algo con lo que no esta de acuerdo. En este rango de películas hechas por conocidos directores y actuadas por conocidas actrices o actores, incluyo a BrokeBack Mountain. Esa película de "vaqueros gays". Así es conocida.

Estas películas medianamente osadas en sus respectivos temas, pasaron por las grandes salas del país y de muchos países. Son películas que están ubicadas dentro de lo "popular", pero que quedan fuera de la comodidad clásica del ser humano globalizado. Es decir, del ser humano actual. Pudiendo haber sido grandes ganadoras del Oscar, se quedaron sólo con el "honor" de haber sido nominadas.

Y ahí quedaron, vivieron en su momento y ahora sólo queda revivirlas consiguiéndoselas en un Blockbuster o en el Eurocentro, o en el Persa... ni siquiera pirateadas porque ya no venden.
En el caso de BrokeBack Mountain, se pensó que podría surgir con más fuerza las películas que tratan el tema de la homosexualidad, pero sólo quedó en el mundo de las ideas... de muchos. Nada más.

Lo incómodo en este país: existe. Las películas que incomodan: existen. Están siendo proyectadas en cines alternativos. Pero la gente alternativa parece no ser mucha, he ido tantas veces a ver estas películas incómodas, que son muchas, a un cine alternativo... pero siempre me encuentro con 5 personas en una sala con capacidad para cien. Por algo, dentro de los pocos cines alternativos, sólo el Arte Alameda llega a mostrar estas películas realmente incómodas para la sociedad. Lamentablemente no son muchos los que van a verlas. Sé que hay mucha gente que no se incomodaría viendo este tipo de películas, pero se incomodan con el sólo hecho de ser vistas en esa sala.

A lo largo de estos párrafos he hablado tanto de la incomodidad, que ya me parece demasiado ambigua en el caso de lo que realmente le incomoda a alguien al ver a dos personas del mismo sexo besándose. Se nos va de las manos poder controlar aquella acción que para dos personas corre totalmente por el mundo emocional, con intenciones emocionales por sobre las rupturitas que todos creen. No es que esas dos personas busquen locamente incomodar, es que es la persona que las ves besándose la que jura que lo hacen para desobedecer la moral y las buenas costumbres. Cuando uno siente una fuerte atracción por alguien, generalmente esa atracción mutua es expresada mediante un beso.

Si no se nos enseña desde pequeños, que este tipo de relaciones VIENEN OCURRIENDO DESDE HACE SIGLOS, entonces por siglos dos chicas tomadas de la mano y con cortes estilosos o dos hombres besándose, seguirán incomodando al espectador.

Seguirán incomodando al que es homosexual que se incomoda cuando el espectador se incomoda y reacciona por esta incomodidad de manera agresiva. Entonces, la cadena de la odiosa incomodidad frente a la homosexualidad seguirá presente.

Sunday, July 15, 2007

Madre Coraje


Esto no tiene que ver con brecht....no tiene que ver con la obra....tiene que ver eso si con una mujer corajuda. Una mujer capaz de superar algunos de sus miedos, algunos porque quien mas que Jesus , Siddarta y otros maestros lograron superar todos sus miedos y considerando que los tuvieron.

Admito que esta mujer se siente bien sola de haber sido, hasta el momento, la única en enfrentar el miedo a la recriminación social de su facultad. Porque digamos que no ha superado más que ese medio, pequeño y frío. Así y todo ha dado un paso, aunque pequeño como ella misma, lo ha dado. Después de años sin haber emitido jamás una palabra de sus gustos reales acerca del otro (en este caso de la otra) con la que ella quisiera compartir su vida, ya sea por siempre o por algunos días, meses o años.

No le fue tan difícil llegar a la decidión de descubrirse, sacarse el uniforme femenino que le correspondía, y quedarse con sus vestidos propios. Mujer o niña, eso no tiene porque identificarla. Nada nos podría decir lo que realemente somos, pero sin duda cuando llega la hora del amor, muchas cosas quedan claras, a pesar que un monton de otras se obscurecen...porque así parece ser el amor. Un claro oscuro constante.

La personalidad, el yo, el ego, la identificación de una persona como distinta a otra, es equivalente a la distinción que se hace de un producto u otro en un supermercado.

Ella perfectamente podría autodenominarse lesbiana, y de hecho muchos la identifican así. Muchos hablan de ella como la lesbiana para saber de quien están hablando. Más todavía si es que ella es la única que no le teme a que la categoricen de esa manera.
Para qué luchar contra eso, si es así como nos organizamos en estos días y desde los días en que latinoamericanos decidimos ser occidentales.

Si podemos lograr tranquilizar nuestras mentes desesperadas por etiquetarlo todo, podríamos dejar que nuestra amiga, la que hasta ahora ha dado un pequeño paso, no se sienta tan sola.

Mucha gente puede juzgar al resto gracias a la etiquetas, es por eso que a la hora de comprar un producto en el gran supermencado de las superoportunidades puedo compararlo con otro similar y juzgar cual de los dos es mejor. Puedo así hacerle buena propaganda a uno y pésima a otro. Muchos se inclinarán por ese uno bien propagandeado y el otro será rápidamente destruido en las profundidades de la economía marina.

Calmemos nuestra sed voraz de etiquetar todo lo que vemos frente a nosotros. "Estoy un poco cansada de ser la única en mi facultad con ganas de encontrar a una mujer con quien vivir parte de mi vida."-Nuestra amiga "mujer corajuda" no se pudo aguantar las ganas y resulta que empezamos a leer el relato en primera persona, y como a mi no me molesta en absoluto que "mujer corajuda" hable como si fuera yo, la dejo...-
"Creo que la mujer ciertamente es mucho más cuidadosa que el hombre en cuanto a las materias amorosas, y ya he sufrido las concecuencias de compartir mi vida con mujeres que le temen a las máquinas que colocan códigos de barra a todo lo que encuentran."

Es cierto, y comparto con la joven corajuda que hay algo más en el ser humano, que aquello que tiene un número o un precio. Si no me creen, tengo derecho de decir que podría no creersele a la ciencia cuando se dice que nuestros genes son verdaderos códigos de barra. La verdad -que yo y corajuda creemos- es que los genes, más que números, son letras...verdaderas letras que narran una vida, un acontecimiento. Si bien las letras pueden ser elementos codificadores, son mucho más ingénuas y de menos poder corrosivo que los números. Las letras tienen un fin mucho más noble, que es el de comunicar a una persona con otra. En nombrar hay un dejo de connotacion, en numerar las cosas siempre seran cuantitativas y no cualitativas. Si vamos más allá, los genes no tendrían por qué ser letras tampoco, sino que simplemente digamos que son genes...más que elementos que nos separan del otro, son elementos que nos unen a todos los demas seres vivos que nos rodean.

Quizá la única manera de combatir mi soledad y la de muchos, es admitir que lo que somos nos debería unir aún más al otro más que separarnos abismantemente de todo lo que nos rodea.

Por eso mismo hace mucho tiempo que he decidido no encerrarme en un mundo homosexual que pueda negarme el convivir con heterosexuales. Por eso, desde hace mucho tiempo, no quiero considerar al mundo que me rodea como un mundo homosexual o heterosexual. Sino que un mundo que me rodea y no me es ajeno. Quizás es por esto que el número de personas que se refiere a mi como la lesbiana a sido menos de lo que esperaba. Y no es que no me guste, al contrario, a veces me gusta justamente para ver si hay alguna niña escondida que no lo sabía.
Pero no es la idea, ojalá (Dios quiera) estas chicas escondidas, que sé que las hay y en gran cantidad, salieran de su prisión diaria. Ojalá estas sencillas palabras les sirvan de alguna manera para dejar de lado esos terribles miedos que sólo las hundirán aún más.
No quiero que vuelva a ocurrir que una niña le diga a otra que no puede estar con ella ya que le teme al qué dirán. Si bien es un "miedo" opcional, y que muchas pueden tener para decirle no a una relación lésbica, ojalá ese miedo dejase de existir para siempre.

Es justamente "el miedo" uno de los elementos más claros del ego, es un arma contra lo desconocido, es un arma contra la unión de los seres humanos. Es el arma imperante en estos días. Días en los que nos consideramos tan globalizados y en verdad vivimos en burbujas de intolerancia.
(Si mal no recuerdo, el niño burbuja de aquella memorable película, quería desesperadamente salir de su burbujita para comunicarse con el mundo exterior.)