Sunday, October 28, 2007

Uno de esos tantos "porqués"


¿Por qué termino atrayendo chicas heterosexuales? ¿Son tan heterosexuales como dicen serlo?

En reiteradas ocaciones he sido: "la primera mujer de una mujer." Más que referirme a "reiteradas ocasiones" ha sido la tónica de mi vida amorosa. Nunca he estado con una lesbiana, lesbiana. O una mujer completamente segura de que le gustan las mujeres, o alguien que ya lleva un training en el amor de mujer a mujer.

Más que pensar que tengo algún tipo de perfume para atraer mujeres heterosexuales, creo que quizás "el asunto" sea por la sencilla (lamentable) razón de que las mujeres aún temen más la homosexualidad, que los hombres. Por qué tenerle tanto miedo, si accidentes con el embarazo no son preocupaciones, y el sexo responsable (en cuanto a enfermedades se refiere) puede convertirse en una verdadera investigación tántrica sin límites.

La verdad es que si no es esto último, este problema de iniciar a otras, quizás se deba a que me gustan los desafíos o porque soy la encargada de "descubrir" nuevas joyitas lésbicas al mundo. Pero créanme cuando les digo que estoy desesperada por encontar a alguien que este en completa autoaceptación con su identidad sexual... es lo único que pido. O al menos de estar segura de lo que está haciendo conmigo... por que no quiero seguir viviendo el, hasta ahora, eterno "oops I did it again me topé con otra hetero curiosa".
Caigo y recaigo ¿por qué?

... quizás no estoy buscando bien.

Puedo decir, eso sí, que si bien mis rollos con estas chicas confusas han llegado a ser profundos y hasta algo traumáticos... lo comido y lo bailado no me lo quita nadie!!!! y quien sabe...como mi amiga interna me suele decir para subirme el ánimo: quién sabe, a lo mejor así encuentras el amor de tu vida!

Sunday, October 14, 2007

No desearás a la mujer del prójimo


No es la primera vez que me pasa...anoche volvió a ser una noche de "miradas". Miradas intensas deseosas de hablar.
Me pasa que mi gran personalidad de "artista" sólo me alcanza para dar unos cuantos pasos hacia la persona de interés... pero a penas puedo llagar a emitir unas tímidas palabras que dan pena: "hola", "quieres bailar"... y sería.
No tengo nada en mis manos... no soy nadie, y aún asi siento que tengo mucho que perder en eso de acercarme a alguien y ser rechazada.
Lo extraño es que a lo largo de mi historia, siempre soy yo la que termina tomando las decisiones... soy yo la que trabaja como una pequeña obrera detrás de mi mina de diamantes.
Quizás ya estoy cansada de ser la que toma la iniciativa, y a parte de no tener fuerzas suficientes para embarcarme en aventuras amorosas, ahora resulta que me fijo "sin querer" en la mujer del prójimo.
La primera historia, muy conocida por lo demás: "estoy bailando con mi amigo (que está en las mismas que yo), él mira un tipo, yo a una linda niña que me mira de vuelta. Son de esas miradas que cláramente gritan el deseo de acercarce a la persona que se mira. Son miradas que dicen claro que aquí algo pasa. Mi reacción: no hacer nada que me ponga en riesgo de fracaso. Sólo me quedo como un pollo asustadizo, mirando. Al final de la noche, tengo un saldo en zero. Ni siquiera negativo técnicamente.
Dos semanas después, me encuentro con la misma niña linda de antes... me digo: Ahora Si. Y que veo al lado de ella... su polola. Su linda polola que le cuelga del cuello, cada vez más insistente después de darse cuenta que miro a su novia, y que su novia me mira de vuelta"

La segunda historia, similar a la anterior, me pasó anoche: "estoy bailando y frente a mí, solita, una niña demasiado atractiva para mis ojos . La miro, no me atrevo a acercarme. Va al baño, la sigo, me devuelvo... no me atrevo a acercarme. Me mira, sonríe, yo arranco. Sale del baño, me mira y de pronto....."SHAZAM" aparece su novia! Ja! Ja! Ja!, ella me mira y me dice (con estas miradas insolentes): es mi novia. La besa. Combo en la guata.
Corro al espejo, me miro y digo: porqué no yo. Me veo y me encuentro interesante, se podría decir que linda también. Me veo y me creo capaz de estar con alguien como esa niña que juega conmigo mientras su polola la tironea hacia ella. Sin embargo estoy SOLA.
El resto de la noche nos encontramos al rededor de 5 veces en el baño y soy incapaz de decirle lo que siento. Ella alarga el instante del encuentro quedándose lo más posible en el baño (mirándose, arreglandose...) yo no me decido. Aparece, otra vez, el miedo que me inseguriza y que me hace sentir completamente ridícula."

El saldo de la noche: técnicamente zero. Emocionalmente negativo.