¿Cómo cuidar la privacidad en el trabajo?
Me gustaría que sólo fuera un ir y venir de nombres femeninos: Que ayer la Claudia me llamó..., el otro día conocí a una Antonia ..., la Dani me escribió desde brasil ..., y mi Dani odia a la Claudia, no la puede ver ..., Te acuerdas de la chica que toma fotos ..., cuándo vamos donde la Caro? ... y así ... uno y otro nombre de mujer. Uno tras otro a través del teléfono sobre el escritorio.
Nuestras voces rodeadas de oídos pseudo ocupados en otras cosas, semi atentos a nuestras palabras confusas. Esperando que la Antonia, las danis, la Claudia y la Caro aparezcan derrepente ... sin embargo preferimos dejarlos en las palabras confusas, en los nombres desconocidos.
Se preguntarán: ¿quién es ese tal Daniel ("la que escribe") que parece ser tan ridículo, pero aparentemente buena onda? o ¿Cómo será ese Javier ("la amiga" de quien escribe) que conoce a tantas minas?, ¿Por qué la Jacinta (de quién "la que escribe" es la amante) no atina en quedarse con Daniel, porqué se va con Pedro (el pololo oficial de Jacinta) a Brasil?, y otro responde, "porque es el pololo oficial, obvio", y luego la réplica del que prefiere las historias de amor imposibles se viene con un "Pero la Jacinta está enamorada de Daniel, sólo que no es capaz de aceptarlo"... "Pobre Daniel" dirán algunos, "Daniel se lo buscó", dirán los más cartuchos, y de pronto salta un "creo que Daniel conoció a una tal Andrea (La chica linda que conoció hace poco "la que escribe")", al lo que el enamorado resentido responde "mejor, para que se olvide de la Jacinta (ya descrita arriba) de una vez".
Luego alguien más atento descubrirá a través de nuestra risas nerviosas que ese tal Javier (que ya fue descrito más arriba), pololo oficial de la Camila (polola oficial de "la amiga" de "la que escribe"), tiene un rollo ambiguo con la Emilia (mujer de cargo importante) y, como si fuera poco, con la Romina (La chica de las fotos)... y así y así... un enredo de lana, nada grave, nada serio, porque después de varios minutos de conversación siempre se nos escapa un "me saludó" en vez de un "saludó a Daniel", y ahí explotan con más fuerza, esas risitas ñoñas.
A "la que escribe" y a "la amiga" de "la que escribe", nos gusta ese enredo inventado a raíz de aquella pregunta inicial.
No se trata de un miedo al qué dirán, aquí todos sabrán lo que nos gusta finalmente. Eso no nos preocupa. A mí hace mucho que dejó de preocuparme, a mi amiga, no tanto.
A final de cuentas preferimos ser menos públicas, porque en el trabajo es mejor no intervenir con lo personal, aunque de vez en cuando a "la que escribe" le encanta tirar una que otra frasesita al aire, de esas que detrás llevan una estela de silencio incómodo, que no lo sería tanto si de una vez por todas consideraramos el lesbianismo como algo demasiado natural como para hacer de esto un "Rumore Rosa". (Aunque no me gustaría dejar de escribir, de leer o de ver historias relacionados al amor entre mujeres, creo que la poesía en ellas es demasiado embrujo para olvidarlas.)
"La que escribe"
5 comments:
OYE POR FIN EN VERDAD HASTA QUE ESCRIBES SE TE EXTRAñABA
PERO BUENO SEGUIMOS EN LINEA Y BESOS
PD Y TE GUSTO LA CARTA Y LA POSTAL,
?
BUENO CREO QUE ESO DE LOS SIELNCIOS INCOMODOS ES PARTE UNA REALIDAD INCOMODA PARA ALGUNOS...............
La gente comunicativa llueve en todos lados, pero tengo la ligera sospecha de que los hombres se prestan mucho mas para esas cosas del lleva y trae.
Saludos y un abrazo fuerte.
Hola, hola...
Otra vez yo por aqui, solo pasava a dejarte un abrazo, en este dia internacional de la mujer, que la pases super.
Mit.
jajaja.. que enredo!
bss Daniel! XD
Como no recordar ese día...fue muy chistoso, como otros tantos episodios que se pasan a tu lado.
Oye puedes juntarte el miércoles?
Me juntaré con Daniel, lo recuerdas? aquel niño de chasquilla rubia que vive en el Cajón de Maipo.
jajaja besos
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