Siempre me ha sorprendido la cantidad de mensajito lésbicos en los baños públicos y específicamente en las ues.
Con tanto mensajito de amores entre mujeres, me parecería que hay muchas más lesbianas que las que aparentemente se ven.
O a lo mejor es sólo una persona que intenta escribir con distinta letra y lápices para que parezca que se trata de más de una mujer en el closet aún.
Lo último es quizás lo que más me llama aún la atención, y es que en éste país que tanto quiere ser como Europa y Estados Unidos, aún no se acepta plenamente la homosexualidad, y menos la referida entre dos mujeres. La televisión, como reflejo social, aún lo toma como un tema "delicado" o "extraño" o "de rating."
Aún se discrimina, aún se mira feo, pero creo que ya no es posible seguir ocultándose, creo que la única manera de sobreponerse a esta adversidad, que significa la mente tan cerrada del chileno, es justamente mostrarse, darse a conocer y acostumbrar el ojo del "mirón" por repetición.
Creo que las adolecentes lo están haciendo, porque creo que en sus mentes está la consigna de que "no hay nada que perder."
Y la verdad es que... esa es la verdad.
No hay nada que perder, porque el tema del lesbianismo dejará de ser tema cuando perdamos el temor a plantear el tema.
Plantaerlo como un hecho existente, plantearlo en un beso, plantearlo en una conversación, plantearlo en mirar a otra mujer a los ojos, plantearlo en tomarle públicamente la mano a mi novia, planteárselo a los padres, planteárselo a los amigos, plantearlo en mi trabajo, plantearlo en una obra de arte, en un texto, en una película y, finalmente, y porqué no, seguir planteándolo en los baños de mujeres, pero sin que éste sea el único planteamiento.